Pasaban las 19:15 y la cola ya daba la vuelta a la esquina del Loco Club. ¿La razón? Zetazen venía a presentar Elegant Pain, su último disco.

Fuera de Contexto hizo las veces de teloneros. Bueno, “teloneros”, cuatro temas mientras entraba la gente a la sala. Poco puedo decir salvo que se les notaban las ganas que tenían de estar allí. Y desde aquí les deseo la mayor de las suertes en los próximos conciertos.
Pasadas las 20:00h entraba Zetazen a escena. Sonaba Chin-chin. Directa, sin concesiones.



Zetazen sabe atraer, sabe ser eso, elegante. Sabe que tiene algo diferente y un feedback difícil de conseguir pero que, artistas y grupos nacidos gracias a YouTube y demás redes sociales, han sabido ganarse y entrar en ese hueco de la música que faltaba por rellenar. Y, a día de hoy, donde vivimos con miles de redes sociales e importa más demostrar el “dónde has estado” que el “por qué has estado” él sabe moverse y hace que te olvides de eso y que sea un “querría haber estado”.

Y sí, sé que es algo complejo pero se puede comprobar y explicar con el espectáculo que crea con temas como Crisálida, donde pide al público que “les de su luz” y todos encienden el flash del móvil y parece un baile de luciérnagas al que sólo quieres pertenecer.
Algo mágico. Otro momento especial y remarcable es cuando él mismo graba un vídeo para su Instagram con su público.
Eso es feedback. Eso es conexión, y en resumen, eso es Zetazen.
Música para escuchar a solas, música para disfrutar en directo.